Caos, revolución de la cosas alterando el orden de lo establecido, dentro de un desorden ordenado y caótico, causal, vírico y presuntuoso como mi yo, así estoy yo, así estoy yo, sin tí.
Digamos que me pierdo entre la entropia. Un sin fín de miradas capaces de empujarme a un nuevo caos me rodean.... Distraído, intento no formar parte de su plan macabro para arrastrarme lejos de mi propio control. Y, sin quererlo, al intentar evitarlas, estoy cambiando la trayectoria de todos aquellos que buscan evitarme a mi también, generando una suma de pequeñas situaciones caóticas secundarias a mi determinación.
Así pues, parece ser que lo mejor es dejarse chocar y chocar y chocar y chocar.... con la seguridad de que posiblemente, el choque que nos aparte del caos, llegará más por el azar de más de un golpeo, que por la huída hacia adelante que consite el querer llevar el control de "tu realidad".
Es gracioso como nos pasamos toda una vida intentado buscar la felicidad en esa persona y al mismo tiempo como hacemos lo posible para alejarla, todo porque cuando se han dado unas circunstacias bastante aterradoras, ya intentamos alejar durante el mayor tiempo posible lo que sabemos que nos hará feliz para siempre, parece ser que llevamos el miedo las 24 horas del día y no somos capaces de arriesgarnos, por mucho que no debamos porque está la posibilidad de poder perder, pero eso pasa en todo. No todo lo que vemos con una supuesta realidad tiene porque ser así, que sentido tiene coger el camino fácil. Y si destaca entre la multitud aunque lleve el vestido de lo mundano, por qué no hacer algo por seguir sabiendo, saber nunca está demás. ¿Y si conocer más culminara la búsqueda consciente e inconsciente de tanto tiempo?
Digamos que me pierdo entre la entropia. Un sin fín de miradas capaces de empujarme a un nuevo caos me rodean.... Distraído, intento no formar parte de su plan macabro para arrastrarme lejos de mi propio control. Y, sin quererlo, al intentar evitarlas, estoy cambiando la trayectoria de todos aquellos que buscan evitarme a mi también, generando una suma de pequeñas situaciones caóticas secundarias a mi determinación.
ResponderEliminarAsí pues, parece ser que lo mejor es dejarse chocar y chocar y chocar y chocar.... con la seguridad de que posiblemente, el choque que nos aparte del caos, llegará más por el azar de más de un golpeo, que por la huída hacia adelante que consite el querer llevar el control de "tu realidad".
Dicho esto, choquemos ^^.
Es gracioso como nos pasamos toda una vida intentado buscar la felicidad en esa persona y al mismo tiempo como hacemos lo posible para alejarla, todo porque cuando se han dado unas circunstacias bastante aterradoras, ya intentamos alejar durante el mayor tiempo posible lo que sabemos que nos hará feliz para siempre, parece ser que llevamos el miedo las 24 horas del día y no somos capaces de arriesgarnos, por mucho que no debamos porque está la posibilidad de poder perder, pero eso pasa en todo.
ResponderEliminarNo todo lo que vemos con una supuesta realidad tiene porque ser así, que sentido tiene coger el camino fácil. Y si destaca entre la multitud aunque lleve el vestido de lo mundano, por qué no hacer algo por seguir sabiendo, saber nunca está demás. ¿Y si conocer más culminara la búsqueda consciente e inconsciente de tanto tiempo?